El problema de deslizamiento de tierra en un tramo de la travesía urbana de la Ruta Nacional 14, entre avenida Araucaria y República Argentina, a la altura del kilómetro 1048,6, se complicó con las lluvias de esta mañana, que impidieron la continuidad de las obras que lleva adelante Vialidad Nacional para reemplazar los tubos de chapa de una alcantarilla que están bajo tierra en avanzado estado de deterioro.

Luego de los primeros movimientos de suelo realizados esta semana, comenzó a formarse un enorme hueco de deslizamiento, de varios metros de ancho, que llega casi a la altura de la calzada asfáltica, al punto que el guardarraíl está próximo a caerse. A metros del lugar residen varias familias, que ven con preocupación lo que ocurre.

"Nos preocupa mucho porque tenemos miedo de que se desmorone. Desde temprano cada vez cae más tierra; cada vez que pasa un auto cae más tierra. Si llueve mucho, puede venirse sobre nuestras casas", coincidieron los vecinos Leonel, Mirian y Sofía, con la mirada puesta en el barranco o muro de tierra que sirve de contención al asfalto, que está a una altura superior a los 10 metros respecto de las viviendas. El temor es que, en caso de un deslizamiento mayor, el barro termine sobre las casas.

En cuanto a la posibilidad de derrumbe, según pudo saber El Territorio, en horas de la mañana recorrieron el lugar técnicos de Vialidad Nacional junto a autoridades locales, quienes no constataron daños suficientes como para un derrumbe o hundimiento del asfalto, pero realizarán un monitoreo permanente de la zona y, en caso de ser necesario, se dispondrá una restricción de la circulación, que por ahora no es necesaria.

Sin embargo, al tratarse de una zona con amplio tráfico, solicitan a los conductores circular con extrema precaución. Por seguridad, un móvil de la Dirección de Tránsito de la Policía realiza controles.

Vecinos piden reparación de puentes para acceder a sus casas
Vecinos que viven en el barrio Costanera II aprovecharon la oportunidad para exponer la situación actual de las calles por las que deben acceder a sus casas, donde pasa un arroyo y fue necesario construir puentes. Estos fueron edificados con madera y hoy representan un verdadero peligro para la integridad física.

Según expresaron, hace más de seis meses presentaron notas ante las autoridades competentes planteando la situación. "Con nuestro auto no podemos salir; están rotos los puentes. La mercadería, cuando compramos, tenemos que traerla en la espalda", señaló Mirian Doreis.

"Hace más de seis meses que pedimos que se arreglen los puentes porque así no podemos salir de las casas, no podemos movernos para trabajar. Si ocurre una emergencia, no podemos salir rápido. Es una necesidad que los arreglen", reiteró por su parte Leonel Cinfrón.

Si bien se trata de un espacio habitado de manera ilegal, mediante convenios y obras —muchas de ellas encaradas por la Municipalidad— hace unos años lograron varias mejoras, entre ellas el acceso a la energía eléctrica, al agua y la apertura de calles. Con el paso del tiempo los puentes se han deteriorado y representan un peligro por los tablones rotos.

Según el intendente Miguel Dos Santos, la reparación no se realizó hasta el momento por falta de presupuesto y es una obra que se "realizará una vez que mejore el tiempo", tal como expresó a este diario el jefe comunal.


Fuente: El Territorio