El Gobierno nacional ha incorporado oficialmente las estaciones
de servicio móviles al registro de bocas de expendio de combustibles, con el
objetivo de ofrecer soluciones rápidas y seguras a las comunidades que carecen
de estaciones fijas o que tienen instalaciones en mal estado. Esta medida
responde a la necesidad de mejorar el acceso a combustibles en localidades del
interior, donde muchas estaciones tradicionales han dejado de operar.
La iniciativa forma parte de un proceso de modernización y desregulación del
sector energético, que busca mejorar la eficiencia, reducir costos y garantizar
un servicio más competitivo para los usuarios. Las estaciones móviles
permitirán abastecer a áreas remotas, disminuir los costos de traslado para las
empresas y los consumidores, y fomentar el desarrollo productivo de las
economías regionales.
Para garantizar la seguridad, las unidades móviles deberán
cumplir con estrictas normas internacionales, como la NFPA385 y la UL-2085, que
exigen la instalación de tanques de doble pared, sistemas automáticos de corte,
detección de pérdidas, kits de control de derrames y extintores certificados.
Además, cada estación será auditada por empresas externas habilitadas y deberá
contar con planes de contingencia y seguros vigentes.
El
régimen también establece sanciones severas para aquellos que operen fuera de
la ley, con multas equivalentes a 160.000 litros de nafta súper y la
inhabilitación inmediata de instalaciones que no cumplan con las condiciones de
seguridad o carezcan de auditorías actualizadas.




