“Estados Unidos busca que los productos sean fabricados por empresas norteamericanas dentro de su país. Como las compañías no podrán adaptarse de inmediato, lo que antes se compraba a Brasil deberá adquirirse a otros mercados”, explicó Alonso Schwarz.
El comercio entre Brasil y Estados Unidos ronda los 40.000 millones de dólares, mientras que Argentina exporta a ese destino apenas 6.000 millones. En ese contexto, las tarifas más bajas de Argentina –cercanas al 10%– podrían convertirla en una alternativa comercial atractiva, señaló el economista.
Sin embargo, advirtió que la situación tiene una contracara: “Los productos brasileños que no entren a Estados Unidos buscarán nuevos mercados, y eso puede presionar a los sectores argentinos donde somos importadores”, sostuvo.
Alonso Schwarz también analizó el dato de inflación de junio, que fue del 1,6%, y consideró que el índice es metodológicamente confiable y aceptado por organismos técnicos. Además, remarcó que en zonas fronterizas como Misiones o Mendoza, la inflación fue incluso más baja: “1,1% en las regiones más integradas con fronteras y 1% en Mendoza”.
En cuanto a la evolución del dólar, opinó que no hay indicios de una devaluación abrupta: “Mientras se mantenga el ancla del superávit fiscal, es difícil que se genere una estampida. Están ingresando divisas, el sector exportador está liquidando y hay inversiones”, dijo.
Sobre la canasta de consumo, destacó que los productos transables –que pueden exportarse– representan el 50% del total, y que en algunos rubros como vestimenta y calzado hubo bajas de precios. También subrayó que alimentos y bebidas no mostraron aumentos por estacionalidad.
Por último, señaló una deuda pendiente en la medición oficial: “El único servicio excluido de la inflación es el alquiler, y es una variable clave que debería incorporarse”.