Aún no se
disipa el gusto amargo en varios turistas misioneros que, denuncian, fueron
estafados con un contrato incumplido por parte de la agencia posadeña Ideas del
Norte SRL. El paquete que un grupo de 42 personas pagó en dólares -muchos de
ellos ya en septiembre- con destino a las playas brasileñas de Camboriú,
terminó en una angustiante experiencia que hasta involucró intimaciones de
dinero y la participación de un falso gerente hotelero, que continúa prófugo.
Pero la
reprochable maniobra no sólo afectó a los turistas, sino también a las
compañías que aceptaron trabajar con la agencia. En ese angustiante escenario,
desde MH Turismo SRL, empresa de transporte de pasajeros que fue contratada por
el denunciado Carlos D. -dueño de la agencia turística- para prestar servicio
entre los días 27 de diciembre y el 3 de enero, se desligaron de la estafa y
aclararon que el traslado se cumplió, tal como lo acordado.
“Nosotros
somos una empresa de traslado de pasajeros, no estamos habilitados a ofrecer
paquetes turísticos, y la denuncia es explícitamente a Ideas del Norte”,
puntualizó Rodolfo Kozloski, dueño de MH Turismo, a El Territorio. Al momento
que reiteró la modalidad de trabajo: “Nos contratan para llevar a los pasajeros
a Brasil y después traerlos, así que nuestra parte la cumplimos”, ratificó.
En esa
línea, relató que “los pasajeros no expresaron molestias ni con los choferes ni
con nosotros”. Ocurre que el suplicio comenzó una vez llegados a Camboriú,
cuando Carlos D., que además coordinaba el viaje, pidió a los turistas que
reunieran entre todos la suma de 6.000 dólares para asegurar el ingreso al
hotel.
Sin embargo,
la penosa experiencia no sólo la tuvieron los pasajeros, sino que desde MH
Turismo también reconocieron que “quedamos pichados y nos llevamos una mala
experiencia con Carlos”, expresó con disgusto Kozloski a este medio.
Continuando
con el descargo, el empresario detalló que la agencia los contrató pocos días
antes de que partiera el viaje y que, al igual que lo ocurrido con los
turistas, la propuesta parecía confiable. “El circuito es cerrado, se llevó a
los pasajeros el 27, luego el coche queda estacionado en la ciudad, hasta
traerlos nuevamente el 2 de enero para Posadas”, explicó. Al tiempo que lamentó
que “no nos esperábamos que pase algo así”.
Un viaje que
se volvió pesadilla
De acuerdo a
lo firmado, el viaje con destino a Camboriú que ofrecía Ideas del Norte incluía
traslado -con salida el 27 de diciembre y llegada el 3 de enero-, alojamiento en
un hotel 4 estrellas con desayuno, además de la cena de fin de año y una
excursión.
"El
paquete incluía traslado, hotel, desayuno, cena de fin de año y una excursión
por 320 dólares por persona. Con mi familia pagamos 3200 dólares al
contado", detalló Andrés D. (63) en la denuncia policial a la que El
Territorio tuvo acceso. El 28 de diciembre, una vez llegados al hotel -que prometía ser de 4 estrellas pero en
realidad era de 3-, y ante el sorpresivo pedido de dinero del coordinador, los
turistas se negaron. Reacción más que esperada considerando que el paquete
adquirido ya incluía el alojamiento.
En este
punto entró en acción un tal Raúl Ortiz, el cual se presentó como gerente del
hotel y, en teoría, se mostró empático con los pasajeros. "Dijo que, como
gentileza, porque había chicos y adultos mayores, permitiría que nos quedemos
una noche, mientras esperaba que el dueño de la empresa deposite la plata que
debía", cita la denuncia.
En ese
contexto, el 30 de diciembre -un día antes de la supuesta cena de fin de año-,
los pasajeros fueron intimados a pagar 650 dólares por habitación o deberían
desalojar. Fue tal el disgusto que incluso varios pasajeros se descompensaron y
tuvieron que ser medicados.
Sin embargo, lo más alarmante se conocería momentos después, cuando la encargada de reservas del hotel, una mujer de nombre Andrea, se comunicó con los turistas advirtiéndoles que no había ningún Ortiz trabajando de gerente. Desde el complejo detectaron movimientos extraños en el hotel, y el cotejo de las grabaciones de las cámaras de seguridad permitió ubicar al estafador, quien ese día desapareció y no lo volvieron a ver.
En ese contexto, aclaró a los pasajeros que la estadía estaba cubierta y no debían depositar nada de dinero, lo que calmó, al menos en parte, al grupo. Sin embargo, se siguieron otras cuestiones del contrato que no fueron cumplidas, como la cena de fin de año y una excursión. Ambos gastos que los turistas debieron cubrir por su cuenta.
Fuente: El Territorio